A
primera vista decía 340 personas, al parecer un lugar viejo y antiguo.
En el centro del pueblo se encuentra la plaza, la cual está rodeada armónicamente
de la iglesia, la municipalidad y el club. Por la esquina pasa la misma señora
que todas las mañanas va a hacer los mandados, a 70 metros está el diariero, y
en 7 minutos va a llegar el mismo hombre que todas las mañanas compra.
Se acerca el mediodía, los chicos salen del colegio, van a jugar al centro del
pueblo, hamacas en movimiento, un perro moviendo la cola indica la felicidad en
el ambiente. En unas horas saldrán los adolescentes, con el amor a flor de
piel. La mayoría de ellos se dirigen a las montañas con sus bicicletas, a
presenciar el atardecer.
Las estrellas abrigan a los ciudadanos, los dueños de los negocios están
volviendo a sus casas, justo a tiempo para cenar y luego a dormir, que se
acerca otro Sol que los necesita.