Le asustan, los ruidos
y también la tranquilidad.
Le gustan, los mimos
pero respira en soledad.
Se hace fuerte ahí, dónde no lo vi
y se esconde siempre que hay maldad.
El vive, escondido
conversando con su piedad.
Se queda, en vilo
para no tener que soñar.
Y ahuyenta, sus ganas
luego se las pone a buscar.
Y se enreda ahí, dónde sí lo vi
y le encanta no poder robar.
Se roba, a sí mismo
para poder continuar, sin probar...
Sólo una vez
pudo reírse de su contradicción
y de volar como si fuera un pez
que ahora camina cumpliendo una misión.
Sólo una vez
pudo aguantarse de querer existir
logró burlarse del sentido común
y de las cosas que no saben morir
Buscando, descanso
él siempre encuentra un aluvión.
Y sólo, se cubre
con los restos de una canción.
Se remienda ahí, con su bisturí
y de pronto todo es ilusión
Se abraza, se cuida
y se estrella como un avión
sin razón.