miércoles, 30 de mayo de 2012

Mutación

Como si fuésemos algo inalterable, algo que indiscutiblemente se encuentra estable, creemos que nada puede modificarse, como si estuviésemos en una especie de cápsula, una caja fuerte, que nos cubre de las acciones de los demás pretendemos que nada cambie y que nada nos va a cambiar.
Una hoja pasa de estar sin escribirse a llenarse de tinta para luego ser un bollo y luego terminar deshaciéndose. Una semilla pasa de ser una planta para después ser un árbol y más tarde un tronco tirado en el suelo. El frío a templado, y de templado a caluroso. Todo cambia.
El problema es que no lo sabemos reconocer, le tenemos miedo. Cuando uno al fin encuentra su sitio pretende que este sea así para siempre, y cada arruga en su cuaderno de la vida causa horror, como si fuese una fobia a la metamorfosis. Pero imaginate una vida sin sorpresas, sin evolución, sin cambios en nuestra mente, no tendría sentido.
Cuando querés que nada cambie lo único que hacés es no cambiar tu cerrado pensamiento.