sábado, 18 de febrero de 2012

Pasado


Van, rumbo a su felicidad, con un destino generalmente ya marcado y programado. Es entonces que ya no tienen que luchar.
Pierden su tiempo, pero no hacen el bien, deciden cambiar el destino de la vida de los luchadores, no les da importancia.
Creen que son los dueños, los que hacen y deshacen todo a su antojo. Pero cuando ellos terminan heridos todos se preocupan, ellos y sus seguidores.
¿Y los luchadores tienen que demostrar que son mejores humanos que ellos? Que vida injusta, que mundo injusto. Pero luchadores, no se preocupen, su felicidad está marcada. Ningún luchador está destinado a vivir eternamente triste.